2 de diciembre de 2009

Las compras y la felicidad!!



tacita-pizarra!!!!, originally uploaded by Thalirubis.

En Flickr.com decidí abrir un set de imágenes llamado Ofis feliz, pero ese es otro tema, que será tratado en otra ocasión... aquí el punto va a ser: Las compras inútiles. Mis compras inútiles. Satanizadas a más no poder!!

Es más que obvio, las compras no me hacen del todo feliz. La felicidad, choteadamente dicen, es el fin del ser humano y en ese fin, el camino se rompe en mil y una variantes! Las compras inútiles, son aún mejor que el placebo normal, la compra común y corriente. Me da rienda suelta a bajas pasiones y responde a un impulso visceral.

Lo quiero porque lo quiero, no porque lo necesito. Creerán que es un contradicción, pero las compras inútiles son mi descarga de malas vibras. El objeto de deseo se vuelve catarsis... será cierto?

Es super fregón ir de compras! A quién no le gusta? Seguramente a quien acompaña a hacer las compras; ante el cliché tortuoso de la novia que tarda horas en escoger el vestido que inicialmente vio y la hizo acercarse al aparador, antes de sucumbir ante la insistencia de la loca vendedora, y así... la historia se la saben.

Cuando baje a la tienda a comprar una Maruchan, la ví, la agarré, pagué, comí y en la ofis pasó esto:

En lo personal, cuando ve esta foto, me siento cien veces más feliz que cuando compré la TAZA PIZARRÓN. Pero mi taza pizarrón, objeto súper inútil, a diferencia de comprar pasta dental, condones o la despensa, me hizo pasar de un dia ajetreado en la oficina, a decirle a mi compañero que me siguiera la corriente para tomarle foto!

Claro, pregúntenme dónde se encuentra la taza ahora. En el fondo del clóset. Pero veo esta foto y fuera del mensaje soso, borrable, y la anécdota ñoña, no cae en la mala vibra de decir: "Las compras compulsivas son indicio indicio de una baja autoestima y una necesida de adquirir poder y control. Son una ilusión de empoderamiento".

No lo veo así. Igual la compra no me hizo feliz, tal vez sólo es la foto, pero sin una no existe la otra.

16 de septiembre de 2009

"Esta noche, es noche libre"

"Y tú sabes que es mi noche... Y en mi noche puedo hacer lo que sea, incluso matar... Porque es la noche que me fue concedida".

Hoy es noche libre. 16 de septiembre.

... Todo permitido.

Hoy puedo ser quien yo deseé. Hoy puedo volar hasta tu ventana. Sí.

Soy esa sombra que observas con tanto miedo por las noches a través de la ventana. El misterioso desconocido que puede cortarte la vida de un tajo... o quizá algo más... Quizá esta noche sea para los dos la más placentera y lasciva representación de las bajas pasiones humanas... O quizá solo me coloque encima de ti para escuchar tu respiración... Tu tranquilidad tan sosegada... Respiras tan bien...

¿Por qué te agitas?

Sólo seré un mal recuerdo... un mal sueño.

Hoy puedo ser quien sea. Puedo ser la voz de la conciencia por tantos años sumisa y abnegada. Puedo ser ese pequeño grito de ayuda embebido en las letras de un muro inexistente... pero que todos pueden observar al mismo tiempo.

Hoy pude acudir a asesinarte. Pero no lo hice. ¿Por qué? No lo deseo. No deseo las venganzas... pero me divierto viendo como las fauces de la vida cobran otra víctima de sus propias acciones... los mismos dientes con los que una vez hirieron la carne inmaculada... con esos mismos instrumentos de dolor, sus carnes son ahora cortadas. Solamente observaré... Observaré como tu odio se convierte en reclamos, en fastidio...

Te perdono. Te perdono con tu estupidez... ¡Desgracia!

12 de septiembre de 2009

Remolino de Pasiones

¿Sigues acudiendo a las peluquerías de antaño?

Creo que no.

La mayoría de las personas creo que acuden a las estéticas. Yo acudí a una peluquería porque casi no tienen gente... aunque al entrar se siente que el tiempo no ha pasado por el lugar, salvo por los pasquines cuyo nombre no promocionaré, pero que cuentan todos los nauseabundos chismes de la farándula mexicana. Jajajaja.

En primer lugar está la bandera de tres colores: blanco, rojo y azul. Según recuerdo, las rayas rojas y azules significan venas y arterias (¡Sí! Las que están llevando tu sangre en estos momentos). Honestamente no recuerdo que significa el blanco, creo que son vendas... Esto es porque antaño los barberos también se encargaban de arreglar las heridas de las personas en las ciudades antes de que los "cirujanos" apareciéramos en la historia de la humanidad. Jajaja.

Segundo lugar: la música. Es maravilloso escuchar a los locutores de AM hablando solían hacerlo (me imagino) cuando llegaron los aparatos radiofónicos a cada uno de los hogares. Tengo un cierto recuerdo evocado y exquisitamente descrito en "Las Batallas en el Desierto" de José Emilio Pacheco. Escuchar las "Inolvidables del Fonógrafo".

Tercero: Las sillas y demás implementos. ¡Guau! Agua de colonia, tijeras, alcohol, espuma para afeitar, navaja de rasurar... Imperdible, en verdad.

Cuarto: La peluquera de confianza. Apenas la veo y tiene un cierto aire familiar. Entre los recuerdos, veo que se parece a mi madrina que en paz descanse. Y comienza a decirte que no te conoce, aunque has estado ahí un par de veces antes. "Es que me podré olvidar de muchas cosas, de la cara pero de la cabeza jamás".

Parece una bruja con todas sus pulseras colgadas en sus antebrazos, bladiendo una espada en forma de tijera y llevando a cabo un ritual, una plática y una conexión que a los que no entendemos ese lenguaje críptico, de tantos años aprendido, nos está vedada. Comienza examinando tu cabello y observando que "tienes una cicatriz.... No. Tienes un remolino. Un remolino de pasiones".

¡Qué maravilla es que existan personas tan enigmáticas, tan enloquecidamente enriquecedoras en un lugar tan pequeño, olvidado por la modernidad y el tiempo!

Eso crea una felicidad indescriptible.

(Con cariño para la Peluquería "Rayas")

Celebrate it !

3 de septiembre de 2009

Sinfonia.

Las pequeñas cosas también causan un concierto.

Hoy fue la comida del "Jefe", así que nos fuimos al restaurante "El Bajío" que está en Plaza Lindavista (Diooos, que parece comercial) y después de una COMILONA aderezada con una buena charla digna de cualquier albañil y lubricada con cerveza llegó el postre.

Y lo ví.

Un pequeño pastelito de CHOCOLATE, que a leguas se veía delicioso, además de que estaba decorado del modo más coqueto con una notita musical (LA CLAVE DE SOL, me dirán los expertos) presentado como "Pastel Sinfonía" vino a presentarse frente a mi voraz mirada... Ipso facto lo pedí. Se veía empalagoso, la verdad, te acostumbras a ver los pastelillos restauranteros colmados de dulce... pero no

¡Albricias! ¡Éste no!

Estaba delicioso, aparte discretamente amargo. Honestamente, uno de los mejores que he paladeado en mi vida.

Eso es felicidad.

Celebrate it!
Dr. Ganja

17 de agosto de 2009

Escenas de una cámara surrealista.

No.
No son escenas de una película que puedas ver con tus ojos.
Son los ojos de la mente quienes crearán las imágenes.

Sube al auto y toma el volante, sal por la enorme ciudad, toma el control por unos minutos, forja un joint, FUMA, piérdete y busca.

No recuerdo la dirección del World Trade Center, casi no tengo gasolina ya. Por fin dí, ¡que fortuna! Estaciónate rápido, para ahorrar gota, no pasaste al banco, debes hacerlo. Tienes que pasar al sanitario ¿dónde? (¿Existirá quien no haya orinado en la calle como una urgencia?).

Te posicionas en la entrada. Ves la enormidad del edificio, te impone la verdad. Experimentas un escalofrío en tu espalda: eres acrofóbico.

Y ves a la gente a lo lejos, agazapada en sus mejores prendas con actitudes mezcla de cierto sex appeal primitivo y trajes de noche, frente a la entrada de ese "antro". ¿Cómo se llama? Skyy Bar. Te ríes al pensar que puedes vomitar por la altura.

Observas el caminar ansioso y "mamón" que todo cadenero de antro debe de tener. Parecen gorilas encerrados en una jaula, felices de serlo, pavoneándose al sentirse parte de un antro "chic" (cómo si eso les fuera a quitar más eslabones). Te ríes en el trip de que quizá ellos fueron los niños golpeadores y, algunos, malos estudiantes.

Estos homínidos en trajes resguardan la entrada a la jaula más alta de la ciudad donde puedes ingerir bebidas y bailar. ¡Ja! Pagar para encerrarte cuando hay una ciudad enorme afuera. Sigues riéndo mientras ves que las demás hembras y machos exponen sus mejores poses, ropas, carnes para poder acceder. Tengo el antro lleno, no cabe nadie más. Y sigues riendo porque ves entrar rápidamente a 5 personas de características apareativas más "ad hoc" al antro... y te ríes más porque ves que una de estas personas viene vestido de asexuado emo.

Y otras personas salen frustradas y molestas porque no pueden entrar al antro. Habiendo tantos, suspiras y ríes un poco más.

Al fin logras entrar después de esperar un rato. Sí, ves el lugar ocupado pero no tan LLENO porque has visto cosas peores, y te decepciona de primera vista...

Fin de la transmisión.

16 de agosto de 2009

Repostería The Happiness Company

Escribo desde la guardia del hospital este breve post.
 
El día de ayer quedo fundada la Repostería de The Happiness Company con unas hermosas galletas y un "extraño" pastelillo. Agradecemos el patrocinio ígneo del horno en casa de Monse y del Amarillo, sede donde fueron fraguadas estas exóticas delicias al paladar.
 
Mañana llegando subiré algunas fotos y trataré de describir una experiencia surrealista acontecida la noche del viernes a las afueras del WTC.
 
Sin más que decir,
Celebrate Happiness!!
 
Dr. Ganja.

30 de julio de 2009

La comedia.

Siempre he asumido, al igual que todos a mi alrededor, mi bipolaridad como una constante en mi vida. Mis estados eufóricos que se contraponen a mis depresiones, mis carcajadas que son sólo opacadas por la intensidad de mi llanto. Es mi forma de vivir.

Por eso en una época en mi vida, el teatro tuvo un lugar tan preponderante, casi casi que era mi vocación. Fue mia, la tuve y la dejé ir...

Ese no es tema para tratar aquí.

Yo tenía un punto...¡ah, si! La comedia.

En mis múltiples incursiones en el teatro estudiantil me topé siempre con una constante: la gente quería actuar drama, tragedía, tocar fibras sensibles , cambiar al mundo, conmover, hacer llorar. Yo no. Lo mio, lo mio, lo mio ha sido siempre la comedia.

Hacer reir no es fácil y quien diga que sí miente con todos los dientes. Yo siempre he admirado la gracia y el carisma de aquellos que logran entender a tal grado a su audiencia que son capaces de hacerlos reir con una mirada, con un gesto, con la repetición de una palabra/situación en cierto tono.

No cualquiera lo logra. Porque al final hacer reir requiere una empatía particular. Hacer llorar, hacer enojar a una persona apela a un recuerdo racional de sus experiencias pasadas. Sí, me fueron infiel, veo una situación de infidelidad en el teatro luego, revivo la sensación, luego, me enojo.

La risa, sin embargo es algo que va más allá del raciocinio. Nos conecta con esas sensaciones perdidas de una infancia muy lejana en que la desnudez y la libertad eran la constante y no la excepción. Una infancia en que se podía decir la verdad sin velo. La comedia pues, es correr la cortina de nuestras muy estructuradas mentecitas y dejar al descubierto aquello que en realidad deseamos.

Falleció Beto el Boticario. Y a mí me dolió en mi corazoncito de pollito deshuesado. Tengo muy bonitos recuerdos de infancia, de sábados viendo la Carabina de Ambrosio con mis papás, acostados todos en su cama. Las cosas eran definitivamente distintas. Y recuerdo reir y reir y reir con el mago de magazos. Sus trucos, su show cómico-mágico-musical, su afán por interrumpir siempre al cantante, su sincera indiferencia.

La comedia perdió un gran exponente. Pero honremos su trabajo y recordémoslo con risas. Aquí un video para ayudar (además esa canción me gusta, he de confesar):